20 nov 2007

Delfin Quishpe, un ejemplo de "diversidad" y web 2.0

Habría que preguntarnos, por otro lado, las minorías (y aquí entendería "minoría" como aquellos grupos que no tienen acceso a la tecnología, los finlandeses quizá sean una minoría en internet pero es claro que no se ajustan a lo que entendemos por minoría). Propongo para la discusión el caso de Delfin Quisphe, un ecuatoriano que se volvió "famoso" en you tube (más de 2 millones de visitas) con su tema: "las torres gemelas". Sin duda Delfin no podría haber tenido tanto éxito y su video ser visto tantas veces sin "el poder de la Web 2.0". ¿Es esto lo que querríamos para las minorías? ¿Esta la diversidad que planteamos?

4 comentarios:

cilia dijo...

Hola Edgar

No sabía si reír o llorar. Desde luego, no es lo que yo querría para las minorías.... Pero lo cierto es que allí está el vídeo, ha recibido 2 millones de visitas y quizás el tipo no es tan tonto como parece.
Su teléfono aparece en la pantalla de vez en cuando por si lo queremos contratar. Y si te digo la verdad, seguro que le ha llamado gente.

Este ejemplo me remite al capítulo de Hugo Pardo Kuklinski en el libro Planeta Web 2.0 el cual hace una crítica relacionada con el amateurismo en la red. Aunque él, en palabras de Harry Frankfurt, se refiere a la actividad periodística, se podría aplicar a los vídeos de YouTube y similares: 'Este es uno de los puntos débiles que ofrecen las aplicaciones Web 2.0:la reivindicación del amateurismo colectivo (...)'.

Edgar dijo...

No, no, no, no, el tipo no es nada tonto, es todo un 2.0 y seguramente este videito en youtube lo ha catapultado a al "éxito", pero ese es justamente el punto, ¿las tecnologías "revolucionarias y transformadoras" están transformando y revolucionando los contenidos o afianzando y reafirmando modelos de poder existentes? La respuesta en el taller... ;)

iolanda dijo...

Hola, Cilia, hola Edgar,

Para el taller de lecturas que tengo mañana en la universidad, estaba repasando un texto de Marcuse "Las nuevas formas de control" (uno de los capítulos de "El hombre unidimensional"). No sé si es porque acababa de leerlo, pero el caso es que vuestros comentarios me han hecho pensar que este vídeo, desde la postura de muchos de los autores de la Escuela de Fráncfort (que no se caracterizaban precisamente por su optimismo) se interpretaría clarísimamente como reafirmador de los modelos de poder existentes. Y ahí está precisamente el reto. ¿Mayor posibilidad de participación sólo va a mostrar con más fuerza esta dimensión (me refiero a la de dominación)? Yo creo que los ciudadanos y las ciudadanas somos sociedad, igual que los y las profesionales de la comunicación y de la política. Como diría Eco, ser "público" no nos hace "buenos" automáticamente por oposición al sistema de medios (que sería el "malo"). La participación igualitaria, la cooperación, la confianza en el otro hay que trabajársela porque siempre estamos en esa mezcla de dinero, poder y solidaridad. Espero no haberme puesto demasiado filosófica pero el ejemplo de Edgar me ha hecho pensar y ya estoy deseando entrar en el debate.

Un abrazo,
Iolanda

Edgar dijo...

¿Otro ejemplo? (este sólo tiene un millón de visitas). La también famosa
Amapolita de Arahuay:
Ahora, lo más interesante no es el video (que lo es) sino los comentarios. Esto para dar entrada a la discusión sobre "cultura participativa" lean unos cuantos para que vean